De última hora by Luis Alfonso Fernández

De última hora by Luis Alfonso Fernández

autor:Luis Alfonso Fernández
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Histórico, Novela
publicado: 2016-04-30T22:00:00+00:00


CAPÍTULO IV CRÍMENES DE ESTADO

El ambiente en todo el país estaba quizás en su momento más crucial, la tensión se sentía en las calles, en las empresas, se respiraba un aire de intranquilidad y zozobra indescriptible.

En la reunión con el Presidente, los ministros y la cúpula militar se les habló sobre los atentados que habíamos sido víctimas Ángela y yo, además del bombazo contra el diario, se les hablo también que todo era obra del senador López y que estábamos en el curso de la investigación, pero que para eso necesitábamos irónicamente el apoyo del Gobierno.

López, tenía la mayoría del Estado en sus manos, desde las empresas privadas de mayor envergadura hasta el más alto poder dentro del congreso; él podía fácilmente comprar desde jueces hasta testigos y pruebas con tal de salir libre de las acusaciones que se le hacían e incluso, porque no, hasta el mismo Presidente.

La respuesta del primer mandatario no era otra:

–Sí, yo he estado muy atento a todo lo que ustedes han denunciado y créame que tengo un equipo trabajando en ese caso.

La reunión termino con promesas de justicia y protección, además de la investigación de los colegas desaparecidos en la protesta.

A la siguiente mañana y en medio de la reconstrucción incomoda del diario, nos pusimos a reunir más pruebas junto con mi amiguita Ángela.

Entre los dos nos habíamos convertido en un excelente dúo de trabajo de investigación, sentíamos que podíamos confiar mutuamente, sin secretos, sin egoísmos, sin límites.

–¿Vamos a transcribir la entrevista de Mónica?, preguntó ella.

Si, irá en la edición de mañana, respondí.

Tengo en mis manos las denuncias que López instauró en contra nuestra, nos culpa de injuria y calumnia,..., no entiendo,..., con todas las pruebas y testimonios que tenemos no sé cómo va a hacer para salir bien librado de esta, dije.

Ángela me miro a los ojos y sosteniéndome la mano me decía,

–Tengo miedo, tengo mucho miedo que no podamos comprobar la verdad al país y al mundo entero de lo que está pasando aquí.

Lo sé, yo también estoy muy preocupado, pero no tenemos otra salida y tampoco podemos salir corriendo mientras sigue asesinando a todo el que se interpone en sus planes.

De inmediato, nos pusimos a transcribir la entrevista que habíamos tenido con Mónica, estábamos listos para enviarla a la terminal para su edición e impresión, y justo en esos momentos sonó el teléfono de la sala de máquinas desde donde estábamos trabajando.

–¿Aló?...

Mire, aquí en la recepción se encuentra una niña que dice llamarse Mónica María, dice que es urgente y que necesita hablar con usted...

–Dígale que siga,

No sabía que la traía por estos lados y recordé entonces su difícil agenda, debería ser demasiado urgente para estarle quitando tiempo.

Hola Mónica, ¿cómo estás?.., dije.

–Pues me vine corriendo porque en la misma cajita encontramos unas fotos que de pronto les interesan.

Mónica saco de su bolsillo dos fotografías arrugadas y amarillentas por la humedad.

–Mire, ésta de la izquierda soy yo con mi mamita que me está sosteniendo y el que está al lado es ese



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